Talleres y Conversatorios

 

Propuesta general:

Prof. Osvaldo Geres

Coordinación:

Prof. Osvaldo Geres / Lic. Emma Raspi

Actividad de la Cátedra Historia Regional (Plan 2000), Carrera de Historia.

 

Fundamentación:

Con un campo de producción ampliamente reconocido, la Historia regional se ha focalizado en estudios contextualmente controlados que, por sus preguntas, hipótesis y metodologías instrumentadas, se distancia críticamente de abordajes atravesados por una territorialidad naturalizada (Areces, 2008; Bonaudo, 2008; Fernández, 2008; Carbonari, 2009). Este enfoque  prioriza el análisis de la región en su densidad histórica, considerándola como un modelo explicativo propio del campo de la historia social, renovado y complejizado en los últimos años por el aporte de diferentes formas de producción historiográfica, entre ellas la propuesta de la variación en el juego de escalas de observación como una práctica teóricamente guiada (Kindgard, 2011).

La instrumentalización de escalas de observación en un enfoque regional, poniendo en diálogo lo particular con lo general, reditúa en una potencialidad interpretativa y explicativa de los procesos históricos (Bonaudo, 2008; Fernández, 2008; Kindgard, 2011). La Historia Regional constituye así un campo de investigación vinculado estrechamente con lo metodológico, sobresaliendo su dimensión analítica antes que cualquier tipo de recorte temático o espacial (Fernández, 2007). En este sentido, constituye una herramienta fecunda, orientada a definir los contextos de referencia desde los cuales los fenómenos históricos cobran inteligibilidad.

Desde mediados del siglo XIX en Argentina se desarrolló un “centralismo historiográfico” que –en la necesidad de cimentar proyectos historiográficos nacionales- recurrió a la invisibilización de las diferencias espaciales a nivel regional. A estas miradas centralistas se contrapusieron propuestas provincialistas y regionalistas que hicieron de la historia local la contraparte parroquial de esas historias nacionales (Quiñonez, 2009; Rovina, 2014; Marchionni, 2015; Leoni, 2015, 2018). A contraparte de estos postulados, los estudios regionales renovados que vienen desarrollándose en América Latina y Argentina hace más de tres décadas ofrecen nuevas interpretaciones y visibilizan con mayor complejidad el entramado social propio de actores y grupos sociales en espacios diferenciados.

Entre los consensos alcanzados por esta historiografía, la regionalización como proceso intelectual de recorte espacial permite “articular históricamente lo social, lo material y lo simbólico, configurando un modelo explicativo de los lazos que activan la trama social” (Areces, 1999; Mata, 2003). Diversos aportes han remarcado que para ello es necesario considerar las acciones sociales en el marco de estructuras más amplias, es decir trabajar sobre el diálogo de las escalas de análisis, o lo que Revel define como juego de variación de las escalas de observación; tener en cuenta la especificidad de los componentes del sistema bajo análisis y sus relaciones y las concepciones emergentes de territorio y espacio.  Para Areces, en este sentido, los elementos que dotan de sentido a la noción de espacialidad son las relaciones internas y externas, las fuerzas endógenas y exógenas del proceso de construcción social del espacio, la idea de espacio como territorio dinamizado por las formaciones socio-económicas y los procesos de transformación de la naturaleza (Areces, 1999).

El concepto de Región Histórica sin embargo suele de ser de uso común, dando lugar a ciertos equívocos. Remite  a concepciones diferentes sobre el sentido del recorte espacial que se efectúa, y sobre los atributos históricos que definen esa historicidad. Las regiones son históricas porque las acciones sociales se territorializan, y las territorializaciones implican que el movimiento social -presente en cada acción- se fije en un espacio y en un tiempo. La región constituye así, en la organización del espacio-tiempo vivido, una envoltura esencial, anterior al acceso a entidades mucho más abstractas, mucho más desviadas de lo cotidiano (Areces, 1999; Kindgard, 2011).

Una de las potencialidades del enfoque regional es la discusión de las formas tradicionales de periodizar y espacializar los procesos históricos, conformando un laboratorio potencial de optimización de los modelos teóricos y la comprobación de hipótesis. Este potencial resulta imprescindible de fomentar en la  formación de grado de los alumnos de la carrera de Historia, permitiendo mediante la interpelación de la teoría social y los estudios de casos, apuntalar competencias centrales del trabajo del historiador.

El Programa de la materia Historia Regional se posiciona en el entramado de discusiones teórico-metodológicas centrales al cuerpo de asignaturas del Plan 2000 de las carreras de Profesorado y Licenciatura en Historia, desde una mirada que prioriza la complejidad y heterogeneidad de diferentes aportes disciplinares a la constitución del concepto de región. Ello se logra a partir de la articulación entre las principales propuestas teóricas de las que se nutre la Historia regional y un análisis minucioso sobre estudios de caso puntuales que permiten dimensionar la instrumentalización de teorías, conceptos y metodologías en terreno. Por consiguiente, se enfoca la mirada en las prácticas del investigador y en sus estrategias de abordaje para la resolución de problemáticas de investigación puntuales.

En ese sentido, el Ciclo de talleres y conversatorios permanentes sobre problemáticas y metodologías de la Historia Regional recoge y sistematiza la experiencia de actividades previas desarrolladas desde el año 2011, habiendo contado en el espacio de la asignatura con la visita de investigadores y actores sociales vinculados a la historia regional, ya sea por la especificidad de sus abordajes como por la cercanía de temáticas y metodologías que permitían propiciar el diálogo interdisciplinar con docentes y alumnos[1]. Asimismo, el dictado del Curso de Capacitación Aportes teóricos metodológicos para la enseñanza de la historia regional en el aula, en el marco del Ciclo de Cursos de Capacitación Propuestas para pensar la Historia regional en el aula (Programa Nacional de Formación Permanente Nuestra Escuela, 2015) ha resultado central para el relevamiento de necesidades formativas en relación al área y de sistematización del recorte programático en la articulación entre los contenidos de la materia en el plan de estudios universitario y las exigencias curriculares del nivel medio. El Ciclo de talleres y conversatorios se propone en tal medida los siguientes objetivos:

  • Conocer las claves de análisis que plantea la Historia Regional en sus diversos enfoques.
  • Contribuir a la adquisición de herramientas teóricas y metodológicas que permitan pensar los diversos planteos de esta línea historiográfica.
  • Incentivar el desarrollo de las investigaciones en el área mediante la focalización de áreas prioritarias y de vacancia.
  • Contribuir a la reflexión de las formas de abordar los planteos regionales en el trabajo áulico y la currícula escolar para una mayor articulación entre las exigencias curriculares del nivel medio y las propuestas del nivel superior.

Modalidad de trabajo

Los Talleres y Conversatorios se configuran como un espacio de análisis y reflexión compartido sobre problemáticas puntuales, conllevando el desafío de pensar propuestas metodológicas que enriquezcan el proceso de indagación sobre las formas de producción de conocimiento en relación a las áreas de abordaje seleccionadas en la investigación. Perseguimos así el doble objetivo de afianzar el trayecto de formación en investigación de los estudiante de la carrera de grado y graduados recientes y el de brindar contenidos específicos para diseñar propuestas de contenidos a efectos de favorecer la tarea concreta en el aula e impactar positivamente en los aprendizajes de los futuros docentes y/o docentes recientes y sus alumnos.

El Taller y el Conversatorio constituyen en este sentido dos dispositivos pedagógicos de desarrollo de capacidades y competencias que redundan en el incremento de saber y en la posibilidad de fortalecimiento de herramientas propias del análisis crítico. Permiten un recorrido deconstructivo del proceso de investigación que suele presentar sus resultados finales como  un producto acabado. Entendemos que desde el punto de vista instrumental-conceptual estos dispositivos de producción de conocimiento se caracterizan por su alto grado de maleabilidad y adecuación, por lo que resultan valiosos para la resolución de problemáticas contextuadas[2].  El trabajo mediante estudios de caso favorece el desarrollo de estas capacidades y competencias al proponer a los alumnos abordar las problemáticas conceptuales y metodológicas a partir de problemas concretos y utilizarlos como herramientas para pensar tales problemas (Bur, 2010).

En tanto espacio de producción de saberes, donde interactúan activamente diferentes sujetos poniendo en acción procesos de comprensión, intervención y reflexión, se integran dinámicamente competencias de la investigación histórica, la complejización de las prácticas de enseñanza y la complejidad sociocultural de la experiencia intersubjetiva del espacio de producción de conocimiento. El trabajo horizontal propuesto por ambas modalidades de enseñanza promueve la crítica y ruptura en relación con dispositivos de formación que homologan la enseñanza con la transmisión de conocimientos producidos por la academia. Por el contrario, se potencia así el fortalecimiento de herramientas para la investigación mediante la focalización de metodologías que tiendan a la apropiación de conocimiento por un lado y a la producción de nuevos conocimientos, por el otro.

El funcionamiento del Ciclo de talleres y conversatorios permanentes sobre problemáticas y metodologías de la Historia Regional Argentina contará con la participación de invitados especiales –locales y externos a nuestra Universidad- con trayectoria de investigación o investigadores iniciales en sus carreras de posgrado que puedan problematizar sus propuestas temáticas desde un enfoque regional y serán invitados por la cátedra de acuerdo a las problemáticas que considere oportunas y relevantes. Podrán presentar una intervención de alrededor de 40 minutos de exposición, acordando previamente con el equipo de coordinadores la modalidad de trabajo con el auditorio, con quienes mantendrán una instancia de intercambio.  

En las instancias de exposición, intercambio y discusión, se priorizarán los siguientes aspectos:

  • Construcción teórico-metodológica del objeto de estudio.
  • Análisis de la problemática abordada en el marco de los estudios regionales y/o locales.
  • Propuestas metodológicas en relación a las fuentes documentales.
  • Lugar asignado a la problemática de la variación del juego de escalas en la resolución del problema de investigación.

La planificación del ciclo se elevará anualmente especificando el cronograma de participaciones y las fechas acordadas para cada encuentro. Se trata de una actividad abierta y libre de arancel tanto para estudiantes de la carrera de historia y de las ciencias sociales, como así también para graduados recientes de la carrera.

Bibliografía de referencia:

ARECES, Nidia, 1999, “Regiones y fronteras. Apuntes desde la historia”, en Andes. Antropología e historia, N° 10, CEPIHA, Universidad Nacional de Salta, Salta, pp. 19-31. 1.3.

BUR, Aníbal, 2010, “El estudio de casos como parte de un dispositivo pedagógico”, en Reflexión académica en Diseño & Comunicación. XVIII Jornadas de Reflexión Académica en Diseño y Comunicación, Facultad de Diseño y Comunicación, Universidad de Palermo, Buenos Aires.

CARBONARI, María Rosa, 2009, “De cómo explicar la región sin perderse en el intento. Repasando y repensando la Historia Regional”, en Historia Unisinos, 13 (1), pp. 19-34.

FERNÁNDEZ, Sandra, 2007, “Los estudios de historia regional y local de la base territorial a la perspectiva teórico-metodológica”, en FERNÁNDEZ, Sandra, Más allá del territorio. La historia regional y local como problema. Discusiones, balances y proyecciones, Prohistoria, Rosario, pp. 31-46.

KINGARD, Adriana, 2011, “Sobre historia regional y microhistoria italiana. Diálogos a propósito de una experiencia política local en la Argentina de 1930”, en Historelo. Revista de Historia Regional Local, Vol. 3, N° 5, p. 113-146.

LEONI, María Silvia, 2015, “Historia y Región: La Historia Regional de cara al siglo XXI”, en Folia Histórica del Nordeste, N° 24, IIGHI, Resistencia, pp. 169-180.

LEONI, María Silvia, 2018, “Historiografía y regiones en Argentina. Desarrollo, balance y perspectivas”, en Bulletin de l´Institut francais d´etudes andines, IFEA, Lima, 47 (1), pp. 5-17.

MARCHIONNI, Marcelo, 2015, “Historias provinciales, locales y regionales. Reflexiones acerca de la construcción de los espacios para la interpretación de los procesos históricos en Salta y el NOA”, en Andes. Antropología e Historia, N° 26, CEPIHA, Salta, pp. 1-16.

MATA, Sara, 2003, “Historia Local, historia regional e historia nacional. ¿Una historia posible?, en Revista digital de la escuela de Historia., Universidad Nacional de Salta, Nº2.

QUIÑONEZ, Gabriela, 2009, “Prólogo: Hacia una historia de la Historiografía regional en la Argentina”, en SUAREZ, Teresa y TEDESCHI, Sonia (Comp), Historiografía y sociedad. Discursos, Instituciones, Identidades, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe.

ROVINA, AURORA, 2014, “Historia provincial e historia nacional: lecturas sobre un vínculo historiográfico complejo”, en ROVINA, AURORA (Coord.), Historia provincial, historia local, historia regional: una relectura en clave historiográfica, Centro de Estudios Históricos Prof. Carlos A. A. Segreti, Córdoba, pp. 16-33.

SOUTO, Marta, et. al, 1999, Grupos y dispositivos de formación, UBA/Novedades educativas, Buenos Aires.

VAN YOUNG, Erick, 1987, “Haciendo historia regional: Consideraciones metodológicas y teóricas”, en Anuario del IHES, N° 2, Tandil. Pp. 255-281

Notas: 

[1] La cátedra de Historia Regional ha contado con las visitas de la Dra. Adriana Kindgard, Dra. Lucila Bugallo, Dra. Sara Mata, Mg. Héctor Ramírez, Jóvenes de la Comunidad guaraní de Yacuy (Tartagal), etc.

[2] Para Marta Souto, un dispositivo pedagógico es un artificio instrumental complejo “constituido como combinatoria de componentes heterogéneos que tiene disponibilidad para generar desarrollos previstos e imprevistos y poder para ser proyectado, instalado, realizado y analizado”. Entre otros, sus componentes son: la finalidad, la institución que convoca, las personas, los espacios, los tiempos, el interjuego entre arte, técnica y teoría, las estrategias. Para la autora, el dispositivo plantea un predominio técnico, pero sin desatender otras dimensiones y dispone componentes variados y diversos, en función de una intencionalidad pedagógica: facilitar el aprendizaje (Souto, 1999; Bur, 2010)