Alumnos

Como plantea Gloria Edelstein (2015) la enseñanza de la Historia requiere resolver casuísticamente la relación forma-contenido como una cuestión nuclear. Creemos que para ello es necesaria una dislocación de las representaciones, sentidos y significados que a lo largo de nuestras formaciones (diversas y complejas) en la escuela, la secundaria y la universidad hemos adquirido y construido. Los trabajos prácticos que proponemos no están articulados mediante el sistema clásico y poco útil de la resolución de preguntas lineales. Es decir, dejamos de lado una metodología de trabajo de repetición autómata de la bibliografía. La cuestión analítica como marca distintiva de la Historia regional renovada (Fernández, 2015) requiere de estrategias de estudio que alcancen el sentido de esa dimensión analítica y metodológica mediante lecturas también analíticas y críticas. La enseñanza de la historia como disciplina curricular no puede reducirse al aprendizaje y repetición de contenidos disciplinares sin pasar por una dise ción de la relación práctica-escritura como constituyente importante en el proceso de investigación. En este sentido, resulta necesario que logremos una apropiación de las “gramáticas básicas” del campo del saber histórico en general y de la historia regional en particular, identificando los aspectos conceptuales y metodológicos inherentes a la producción de conocimiento.